lunes, julio 25, 2011

Una noche en la Casona

El sábado tenía una cita muy importante.


A pesar de las dudas que venía atravesando, y la distancia que había tomado con León, sabía que no nos podíamos perder la fiesta de Mazmorra del sábado. Una de las más importantes del año. Nos inscribimos y esperamos. 


Tenía un vestido que estrenar.


La Casona del Sado es un lugar maravilloso. Al entrar, me sentía como una niña en una juguetería, paseando entre las habitaciones aprovisionadas con todas las herramientas imaginables para una linda sesión de golpes y grititos. Fustas, látigos, sogas de todos los grosores, aparatos complejos para suspensiones o aprisionamientos que recordaban a la Inquisición. Quien fuera bruja bajo esas cadenas...


León estaba muy elegante, y yo muy coqueta. Nada extravagante. Él portaba un traje gris oscuro con líneas verticales, y yo, mi vestidito de la Bond, ese negro de lazo morado que me enamoró. Medias de red y zapatitos sin taco (nota mental: preciso zapatos de taco negro con urgencia). Fui a la peluquería especialmente para la ocasión. Impecable.


Hay que decirlo, nada mejor que una juntada de freaks adultos y responsables para un sábado a la noche. Dirán que los practicantes del BDSM no son freaks. En mi opinión, lo somos. Somos raros, outsiders, anónimos que disfrutan su rareza con libertad. Siempre he sido una freak. Feels good that way.


La noche arrancó en sorpresa. Apenas llegados, entre la multitud, crucé la mirada con un rubio de pelo largo que lanzó una carcajada al verme. Nadie más que uno de los mejores amigos del legendario. Hacía años que no nos veíamos. Buen lugar para reencontrarse. Estaba acompañado de su ex y de su maravilloso escote de tetas redondas, actual novia de otro amigo (no, yo tampoco los comprendo, but again, quién podría comprender mis propias relaciones?). Hice las correspondientes presentaciones y compartimos un vino los cuatro, brindando por las palabras de seguridad.


La fiesta comenzó a llenarse. Había tres habitaciones equipadas para jugar libremente, pero nadie daba el primer paso. Finalmente, un hombre grande y de bigote gris, quien adivino es parte de La Casona, se dispuso a dominar una sumisa rubia enfundada en látex. Le ajustó las muñecas y los tobillos a una X de madera y tomó una soga de cáñamo para castigarla. La sumisa no agradecía los golpes, y en cuanto el caballero subía un poco la fuerza, pedía "Piedad, Amo" (una palabra cliché, si se me permite la crítica). Secretamente le comenté a León "No se la banca mucho..." y me chistó, diciendo que no faltara el respeto. No era mi intención. Pero me sorprendía ver lo que consideraba una baja tolerancia al dolor por parte de quien, entendía, era una sumisa experimentada.


Las esclavas circularon. El amo repetía el procedimiento, atándolas a la cruz, cambiando de arma y continuando el spanking, y yo con mi misma impresión. Las chicas no se la bancan. León me conoce, me lee el pensamiento. Cuando la tercera sumisa se retiró, me preguntó "¿Querés que te peguen un poco?". Claro que sí. De modo que se acercó al Amo y le ofreció su sumisa. O sea, yo.


Mientras me ajustaba las muñecas a la cruz de madera, el Amo consultó mi palabra de seguridad. "Sakura" le dije. No pienso cambiarla, por más que haya veinte personas mirando mis azotes.


El Amo comenzó. Desconozco las armas que utilizó para mi spanking. Estaba contenta, hacía mucho que no me pegaban. Soporté mucho (mucho más que las anteriores). Orgullosa de mí. León estaba a mi lado, y me preguntaba si quería seguir. Sé usar mi palabra. La uso cuando la necesito. Si no digo "Sakura", es porque estoy bien. Aunque un par de veces la usé.


De repente escuché una voz de mujer detrás. Una Ama le preguntaba sugerencias a mi domador. Levantarme la pollera, por ejemplo. Debo remarcar el alto nivel de respeto entre todos los participantes de la fiesta. Nada se hace sin consulta previa. La Ama se lo sugería al Amo, quien lo consultaba con León, quien me preguntaba a mí. Por supuesto, acepté. 


Los golpes sobre el vestido no tienen gracia.


Lindos golpes. Fuertes. Pusieron a prueba mi tolerancia, y dejé en claro, públicamente, lo alta que es.


Sin saberlo, logré llamar la atención de las altas esferas de La Casona. Ya me enteraría.


Terminada la sesión de spanking, el público aplaudió. No había aplaudido a las sumisas anteriores. Admito que me sentía orgullosa. Hice una reverencia al Amo y al público, y volví a mezclarme en la multitud, junto a León.


Creo que después de eso, él también estaba orgulloso de su sumisa. Siento que León reconoció que es afortunado en tenerme bajo su mando, y lo alegra, enorgullece y satisface. Me hace feliz que se sienta orgulloso de mí.


Cuánto me cuida, mi entrenador. Mucho. Lo fui entendiendo a lo largo de la noche. Realmente me cuida mucho. Y me quiere. Y lo quiero.


Conversé un rato con el Ama que había sugerido levantarme la falda a mis espaldas. Una argentina residente en España, mezcla de acentos sensuales muy amigable. Pidió un sumiso o sumisa para ella, pero nadie se ofreció. Me dio pena no poder complacerla, acababa de terminar la sesión de spanking y aún no estaba lista para otra. Le comuniqué que estaría honrada de recibir sus golpes, más tarde, y ella aceptó encantada. Una pena que luego no volviera a verla. Ama Nadia, creo que se llamaba. Quizás en otra oportunidad.


Un señor mayor, cuyo nombre no retuve, compartió con nosotros una charla. Muy simpático y amable, nos contó historias acerca de cuando su hijo comprendió que a su padre le gusta atar chicas. Especialista en bondage, parecía. Le comenté a León que me honraría que me atase más tarde, un hombre tan experimentado como él. Una vez más mi entrenador ofreció su sumisa, y el caballero aceptó encantado. Más tarde me suspendería en el aire, ante un público mucho más numeroso que el anterior, rodeada de nudos debajo de una estructura de madera que no pude ni quise comprender. Fue una pena que todo el peso de mi cuerpo se sostuviera sólo en una atadura a la altura de la boca de mi estómago. Pude soportarlo mucho menos de lo que hubiera querido. Quizás si hubiera tenido otra atadura sobre el pecho que distribuyera mejor el peso... pero quién soy yo para criticar su trabajo?


La noche avanzaba. Dejamos el vino y emigramos al agua, parecía lo más sano. León no me pegó en toda la noche. Prefirió prestarme a otros, dejarme explorar, mirarme recibir. 


Conocí a dos foreros de Mazmorra con quienes intercambié palabras. Uno me reconoció (inexplicable!) y alabó mis escritos en el blog. También me recordó que aún no le acepté la solicitud de amistad en Mazmorra. Me excusé sin excusa. ¿Qué le podía decir? 


La otra es maite. Con minúscula, sí, porque es sumisa, y bien puta, llegué a descubrir. maite lee El túnel de mis Piernas desde que me sumé a Mazmorra, y nos hemos chateado desde entonces, insistente en conocerme. Me quiere coger, maite. Todavía hoy me quiere coger. Me dedicó una entrada en su blog que pueden leer acá.


El amigo del legendario y su cita desaparecieron en algún momento de la noche sin despedirse. Poco serio lo suyo. Les habían pedido silencio y no lo supieron respetar. Me pregunto cuán seriamente el rubio sabe dominar...


Estábamos en el patio, haciendo nada, cuando un caballero con una rosa roja en el cuello se nos acercó. Me apuñaló la mirada en los ojos, y sin tocarme, comenzó a dominarme. León estaba a mi lado, cuidándome, observando. El Patrón (así le llaman) pidió su permiso, y por supuesto, le fue otorgado. Todo su poder se transmitía a través de los ojos. No me permitía esquivar la mirada. Es un Amo muy severo, con un estilo diferente al de León. Revuelvo mi memoria buscando sus palabras, pero se me escapan, se me escaparon a penas nos separamos, de hecho. Sólo recuerdo preguntas que escarbaban mi interior, sacando a superficie dudas y lágrimas que dejé escapar sin pestañear. Mi esencia. Eso es lo fundamental. Debo encontrar mi esencia, y nadie salvo yo misma puede encontrarla por mí. Eso fue lo que me enseñó Patrón, con sólo mirarme a los ojos. De repente y sin aviso, la dominación fue suspendiéndose. "Podés mover las manos", me permitió, y de a poco fui pudiendo aflojar una tensión que me anudó el cuerpo mientras Patrón me dominaba. Incluso ahora, mientras tipeo estas palabras, temo las consecuencias  que podrían tener en caso de que lleguen a sus severos ojos. 


Comprendí que Patrón no es sólo un Amo. Parece ser el Amo de la Casona, el Amo de los Amos, the ultimate dominator. Nos invitó un café y me ordenó ir a pedirlos, aclarando que "son para Patrón". La cara de la chica de la barra al decir su nombre confirmó mis sospechas. "Ahora te los alcanzamos" me dijo. A nadie más le dieron servicio de mozo. Sólo a Patrón, y a nosotros dos, sus invitados.


Se nos acercó el caballero de bigote gris que me había atado a la cruz de madera y me había dejado el culo color frutilla. Me dijo que pocas sumisas lo toleran la primera vez. Un cumplido.


Patrón, mientras me dominaba, me dijo que me había visto mientras colgaba atada. No sé si eso fue lo que llamó su atención, o si el Amo de bigote gris le habrá comunicado su grata sorpresa ante mi spanking. Sea como sea, León y yo compartimos el privilegio de la atención, los consejos y el café del Patrón. Un verdadero honor que caló hondo en mí.


La noche menguaba. Camino a retirar mi campera pude ver a maite sangucheada entre su Amo y su novia. La estaba pasando lindo, la putita. Quería despedirme, pero no quería interrumpir. Noté que su amo la besaba en la boca. Me dio envidia. León jamás me besó.


Al volver del guardarropas, maite charlaba con León en concha y con el corset bajo, dejando las tetas al aire. Le dije que nos estábamos yendo, y me hizo pucherito. "Andá con tu León..." dijo tristecita, "Viste que parece un León?". No quería que nos fuéramos, menos aún con las caricias que le estaba dando en el culo. No aguantó más y me rompió la boca. Podía sentir a mi entrenador sonreir y endurecerse ante tal panorama. maite estaba soportando las ganas de cogerme hace mucho. No tenía paciencia para rodeos. Me empujó contra una mesa, abriéndome las piernas y agachándose. León sostuvo mi campera y me permitió relajarme y disfrutar. maite zambulló su lengua entre mis labios, ya húmedos por todos los eventos de la noche, y comenzó a llevarme a un orgasmo que León no permitiría enseguida, mientras escabullía sus dedos en mi bombacha para colarme en el culo. Aguantá, aguantá... no acabes... y acercó su cara a la mía, lo más cerca que han estado jamás. Podía sentir su respiración contra mis labios. Me volvió loca. Por favor. Por favor dejame acabar. Y me dejó. 


Fue un hermoso orgasmo, indisimulado, en público. "Sí que sabés acabar" me dijo maite, satisfecha. Me tiré sobre ella. Estábamos en el hall de entrada, teníamos curiosos al rededor. No importaba. A penas mi lengua alcanzó su concha, me sorprendí. Un chorro (porque eso fue) de fluidos orgásmicos me inundó la boca. No lo esperaba, no tan pronto, no tanto! No era la primera vez que provocaba un squirting, pero eso parecía una cañería rota. Mientras León me metía un dedo en la concha y otro atrás, yo le metí dos más a maite, quien se retorcía y se vaciaba sobre el piso como una bombita de agua pinchada. Llegó su Amo y se agachó a su lado, sosteniéndole la cabeza mientras ella gemía, yo gemía y León me tocaba. "Don't be greedy" me susurró al oído, y comprendí que era suficiente. maite me hizo prometerle volverla a ver, golosa. Su Amo le dijo que tendrían que traer un trapo de piso para limpiar el desorden que armó. Los dejamos en el piso, al lado de un charco que sigue sorprendiéndome, y nos retiramos de La Casona.


Caminamos por la calle Corrientes hasta la casa de León, charlando sobre lo que vivimos, sobre lo que compartimos y sentimos por el otro, tomados del brazo en el frío de la madrugada.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Del blog a la Mazmorra. Será el único camino?

Tano Porta dijo...

la verdad, gracias.
tan porno.

Anónimo dijo...

muy porno y a la vez "creo que prefiero meterla y listo, no tanta chachara"

maite dijo...

Divina... qué linda noche pasaste. Lástima que me perdí de ver mucho de lo que te hicieron.

Quedate tranquila que si por mí fuera te cogería una semana seguida.

( El blog no lo borré pero le cambié el nombre, acá te dejo el link de tu entrada: http://soyelcaos.blogspot.com/2011/06/hermosa.html )

Anónimo dijo...

Hola, me gustó mucho tu entrada aunque algunas cosas no las vi del mismo modo que vos.
La segunda sumisa que "el Señor de bigotes" spankeó es su propia sumisa, te diría que ella aguantó muchísimo y más aún que vos, pero es lógico, tiene muchos años en esto, y también fue aplaudida, las perfomances entre Amo y sumisa propias, del nivel de la que vimos, son deliciosas, y merecen mas que aplausos. Así mismo a muchos nos sorprendió tu tolerancia a los azotes, felicitaciones por ello.
El Señor Patrón es muy conocido en La Casona y en Mazmorra y Aldea Sado, una persona muy respetada. Acerca del servicio de mozos, todos los que ocupábamos mesas lo teníamos, no era un privilegio de la experiencia o edad.
Con respecto al chico rubio que habló todo el tiempo, sí, era molesto tanto para los concurrentes como para quienes estaban involucrados en las perfomances, el ruido de fondo que ocasionaba su conversación denotaba una falta de respeto, si tenía muchos deseos de hablar tenía el patio para hacerlo.
Me alegra leer que lo has disfrutado y mucho, la primer noche en La Casona suele ser "mágica" para muchos...

"León" dijo...

Estimado Anónimo: quiero disculparme en nombre de mi puta. Una noche plena de eventos la hizo correrse del lugar que le corresponde. A veces todavía se le escapa la soberbia por los modestos logros que ha obtenido en el BDSM, pero estamos trabajando para que aprenda a ser más humilde. Le aseguro que la trasgresión no pasará sin castigo. Y gracias por leerla.

Xander dijo...

Yo tbn presencie la sesion de Sir Williams (justo al lado d ustedes aunq recien m percato d ello), y m sorprendio lo q "pense" era una baja tolerancia al dolor. Pero luego note q lo q la sumisa pedia era un "respiro" entre elemento y elemento. Dado q Sir Williams continuaba c el spank sin detenerse.
El Amo q charlo c ustedes es Avanlys kien como notaste y comprobaste es un experto en shibari.
Me alegra q la hayan pasado tan bien en su primer evento. Espero verlos en el prox... y en la previa
Xander

Anónimo dijo...

León, las disculpas no son necesarias y tampoco creí que su sumisa fuese soberbia, seguramente la emoción de todo lo vivido hizo que ella percibiese algunas cosas de modo diferente, y bienvenida sea su percepción.
Cmo lo expresé anteriormente su tolerancia fue notoria, así como también su comportamiento en cada perfomances que la vi.
La aplicación de un castigo o no ya corre por su cuenta, pero cabe aclarar que su comportamiento dejó en muy buen sitio a su Amo.
Saludos.

Anónimo dijo...

JAJAJ DECIME POR FAVOR QUE LOS 3 COMENTARIOS ANTERIORES SOS VOS FUMADA...

Porteñita Secreta dijo...

Gracias a todos y todas por sus comentarios. Me puse en plan "buena onda" porque hay mucho lector nuevo.

blmp, lo dejo a tu criterio. En este blog la fantasía y la realidad no se diferencian con sólo preguntarlo.

LOVE

Sir Williams dijo...

Porteñitasumisa, para el "Señor de bigote gris" fue un placer azotarla, y le aseguro que Ud. tuvo un alto umbral de dolor.
No sé si me conoce, pero yo no "juego", azoto fuerte y con instrumentos de verdad, y usted se lo banco como una sumisa experimentada ... así que, espero lo haya disfrutado tanto como yo creo que lo disfrutó. Mis respetos...

Sir Williams