viernes, julio 08, 2011

Una velada con mis lectores

Estamos en un auditorio privado. Una veintena de avatares, vestidos de gala extravagante, va atravesando los pasillos alfombrados, y ocupando los tapizados color tinto que llenan la sala. Un pequeño escenario, de piso de pinotea sin lustrar, se erige en el fondo de la sala. Las paredes, de unos cinco metros de alto, están cubiertas por cortinas largas y pesadas, de terciopelos oscuros.


La sala se llena. Las luces bajan, y el bullicio se silencia. Un rayo de luz cae sobre la pinotea del escenario.


Una sombra deja un micrófono cilíndrico y antiguo sobre un pie, y se pierde en la oscuridad. El silencio llena ese único círculo de luz que se corrige hacia arriba, sobre el telón morado. Silencio.


Una mujer sale detrás del telón. Lleva puesto un smoking negro que estiliza su figura femenina, aunque no mide más de un metro sesenta. Usa un par de anteojos de marco grueso color rosa, y un rodete a la Eva Perón.


La mujer se acerca al micrófono, y lo inclina unos veinte centímetros, dejándolo en un ángulo rectángulo y esdrújulo. Mira al público, aclarándose la garganta.


Antes que nada, muy buenas noches, y gracias a todos por haberse tomado la molestia de asistir a este íntimo encuentro.


Porteñita estará con nosotros en unos renglones, nada más. Les quito algunas letras de su atención, brevemente, para ofrecerles una introducción. Creo que me merezco al menos eso. Al fin y al cabo, yo soy la autora de Porteñita.


"OOohhh!..." susurra la audiencia, escandalizada.


Ejem. Decía, antes que nada, quisiera decir unas palabras. Porteñita se ha quedado en el tiempo, señores. No tiene Facebook. No les puede gustar el túnel de sus piernas con un solo click. No tiene Twitter. No saben qué hace el resto de su tiempo. De hecho, no tienen la menor idea de quién es, ni qué hace de su vida. Sólo saben que vive en Buenos Aires, y su edad. No tiene una foto de perfil real, se dan cuenta? Es una imagen de Google, es evidente!... Porteñita podría, incluso, ser todo un gran cuento!....


Pausa dramática. La mujer, que ha ido elevando la voz en su discurso, suspira fuertemente, y sonríe.


Y sin embargo, todos ustedes están aquí presentes, leyendo conmigo.


Muchas gracias.


La mujer, emocionada, hace una profunda reverencia. El público (ustedes, queridos lectores) aplaude algo confundido. Finalmente se levanta, vuelve a acomodar el micrófono, se da media vuelta y desaparece detrás del telón.


Los avatares se miran unos a otros, confundidos. El bullicio vuelve a subir un poco más.


Y entonces, el telón se abre. Luces azules llenan el escenario, desde atrás, enmarcando una silueta femenina que arrastra un baquito de patas largas. Lleva una larga bata de seda roja, atada a la cintura con un lazo negro.


Porteñita arrastra el banquito hasta el círculo de luz. En la otra mano lleva un vaso de whisky, lleno hasta la mitad. Acomoda el banquito, y se sienta sobre él. Queda en evidencia que no lleva nada debajo de la bata de seda, que serpentea en sus curvas y se desliza fácilmente. Toma un trago de whisky. Está descalza, y lleva las uñas pintadas de rojo. ¿O es de negro? No se puede estar seguro.


Porteñita levanta la vista al público. Los mira, uno a uno, a los ojos. Quiere ver quiénes vinieron. Es evidente que le importa. Notan algo raro. Lleva un antifaz pintado, como si dos escorpiones negros durmieran al rededor de sus ojos. Que son verdes. Confirmado.


Toma otro trago de whisky y frunce la nariz. Luego sonríe.



Qué lindo que es verlos a todos acá.
Saben, vengo pensando en ustedes. Hace un tiempo ya.  


Vienen creciendo, los lectores. Todos los días llegan algunos nuevos. Incluso, tengo entendido, León ha invitado a algunos de ustedes a pasarse por el Túnel.


Porteñita escuadriña el público, con la mirada y sonríe.


Están siendo todos muy amables conmigo. Me comentan sus erecciones (deliciosas, no lo dudo), me contactan por mail. Y yo soy such a bitch. No respondo un comentario. No les doy espacio de interacción. Sólo de feedback. A veces me siento egoísta. Ojo, otras me lo paso por el coño...


 Toma otro trago.


...pero últimamente me encantan. 


Me encantan porque les encanto. Los caliento. Les gusta que les escriba palabras al oído, susurrando, imaginandome tan perfecta como seré para siempre en ustedes. 
Me encanta porque me los cojo con las palabras. Les escribo guarangadas que ustedes recorren con los ojos mientras la pija se pone carnosa, y me encanta. Al fin y al cabo, es otra forma de coger.


Porteñita se termina el whisky y apoya el vaso en el piso. Al hacerlo, la bata se desliza hacia los costados, revelando una teta. Porteñita no se la acomoda.


Me encantan sus comentarios cachondos y su adicción a mis letras. Y siento que no les doy todo lo que se merecen.


Quiero darles algo a cambio. Algo que no estén esperando de mí. Algo más que mis anécdotas y mis letras.






Algo como mi culo. El de verdad.

















Que lo disfruten.
Se lo merecen.

8 comentarios:

Lucerito dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Lucerito dijo...

* splash! se pone de pie y aplaude emocionada *

Anónimo dijo...

muy bien 10 felicitado... ahora, viendo ese culo uno piensa... que gil!! porque no deje mi msn hace tiempo? en fin...

Queremos más dijo...

¡¡Marcas!! ¡¡Queremos ver el culo con marcas!!

"León" dijo...

Ah, mirá por qué venía demorando MI texto la Puteñita...

I likes.

Pero se escribe "alrededor", no "al rededor". Es la segunda vez que lo veo. Y es inaceptable. Me veré obligado a castigarte para que aprendas.

Y de las marcas que te queden (porque venís acumulando azotes atrasados, como bien sabés), sacaremos fotos para satisfacer a los que Quieren Más.

Anónimo dijo...

Muchas gracias.

Anónimo dijo...

Te recomiendo hacer dieta, mami.

Garrobito Alado dijo...

Octavio Paz siempre decia que para escribir habia que haber vivido y por eso no creia en los poetas jovenes... Tal vez Rimbaud lo hubiera desquiciado..
En fin que mas alla del acto erotico de la lectura secreta de tus post me gusta tu actitud y como escribes... Sigue asi... Un escritor siempre esta mas alla de su edad y su figura.. El arte de escribir (decia un maestro amigo mio) es desaparecer, como en un acto de magia, y solo dejar brillantes las letras que los lectores reconocen como propias...