miércoles, agosto 12, 2015

Un cuento de Navidad

Hoy imaginé una historia inspirada en Un cuento de Navidad de Charles Dickens en la que los fantasmas, en lugar de venir de la Navidad del pasado, del presente y del futuro, venían de los amantes. Los amantes del pasado, del presente y del futuro. Era una buena historia. Me daba la excusa para volver a escribir sobre Jack, sobre M., sobre tantos que ya he escrito y quizás alguno que todavía no.

El fantasma de los amantes del pasado era corpóreo pero intocable. Cambiaba de rostro y de cuerpo mientras me hablaba sin parar, repitiendo frases que olvidé y que recuerdo, y algunas que imaginé y creo haber oído. Algunos amantes duraban más, y hablaban menos - el legendario no dijo nada, sólo me miró a los ojos un buen tiempo.

Los fantasmas de los amantes del pasados, por supuesto, eran dos. Uno alto y mayor, fuerte y poderoso que me lastima y me libera o me liberaba. Otro hoy ausente, lejos, lo más lejos que puede estar de mí dentro del planeta Tierra, en quien pienso, a quien extraño y empecé a querer.

Pero después pensé, cómo escribir los fantasmas del futuro? ¿Cómo, si ni siquiera tengo resueltos los de presente?

León me llena de dudas. Algo en mí se está alejando de la sumisa. No sé qué es. Pero no tengo ganas.



Recordé que el cuento de Dickens tiene una poderosa moraleja como sostén.

No hay comentarios: