miércoles, agosto 12, 2015

Te abandono


A veces simplemente me dan ganas de cagarte a trompadas, encajarte una buena piña, bajarte los dientes y romperte la nariz. Dejarte tirado, sangrando, y terminar gritándote todo lo que nunca te dije. Que sos un infeliz que no sabe lo que es la intimidad, que tus problemitas te los inventás a gusto y piaccere por el mero placer de sentirte víctima un rato, que necesitás las luces de la controversia apuntándote en el escenario solitario de tu vida, y un público sollozante que se compadezca de vos. Sos patético. Sos un crío caprichoso y bobo que no sabe multiplicar fracciones; sos un recreo en penitencia voluntaria, una polilla devoradora de recuerdos. ¿Sabés qué? Sos la única persona de mi vida que lamento haber conocido. La única. Sos un lisiado emocional que no puede entender lo que pasa en los corazones de los demás, porque está demasiado ocupado masturbando el suyo. ¿Sabés? Lograste lo que nunca nadie había logrado en mi vida: que me arrepienta de haber estado con vos. Sentite orgulloso, idiota. Por fin tenés ese lugar irremplazable en mi historia que querías: sólo que en vez de ser un gran amor, sos el analfabeto funcional, la mancha de vergüenza en mi currículo sentimental. Vergüenza. De alguna vez haberte hecho un lugar en mi cama y mi corazón, del amor que alguna vez te tuve. Hoy pienso, incrédula… ¿cómo fue posible? ¿Cómo pude enamorarme de un peón desteñido que nunca se moverá de su casillero porque le aterra no poder volver para atrás? Porque sí, aunque quieras masturbarte mientras llorás convenciéndote de que nunca te quise, I have bad news for you, kid: yo sí te quise. Ese amor existió, aunque para vos sea más fácil convencerte de que no fue así por alguna razón extraña de tu mente de ermitaño empedernido. Nunca te atreviste a creerme porque sos un cobarde que se esconde en las profundidades de las trincheras creadas por tu incapacidad amatoria; trincheras menos dolorosas, al fin, que el vacío desierto de la verdad: que te quise, y te dejé de querer. Que la cosa, simplemente, no funcionó. Aghhh… me sacás de quicio!!! ¿Tanto te gusta ser la víctima? Por una vez en tu puta vida me gustaría que fueras la víctima de verdad y cagarte a trompadas. Quiero golpearte, lastimarte, tirarte al piso suplicante y que nadie en el mundo pueda sentir piedad por algo tan patético como una lombriz disecada cubierta por el barro rojo de un amor pasajero y huracanado. No quiero verte más, nunca más en mi puta vida. ¿Entendés? NUNCA-MÁS. Me producís tanta violencia que dudo que pueda contenerme. Quiero borrarte de mi presente y mi futuro tanto como quisiera borrarte de mi pasado. Quiero que seas un desconocido, un anónimo, un ignoto ausente como todos los transeúntes con los que me cruzo en Florida o Lavalle. La sangre me hierve de ira cuando pienso en los meses que estuvimos juntos. Todo era una pantomima sin espectadores: vos ofreciendo tu orgullo y dignidad como trapo de piso a mi conciencia, y yo declinándolo, amablemente. Vos llorando a moco tendido ante una pelea y yo oficiando de enfermera, consolándote. Vivías asustado, medido, mariconazo; yo te decía mis verdades menos filosas y vos sangrabas, pidiendo más, regodeándote en el sufrimiento que querías que te infligiera. Me tenías miedo. ¡Miedo! ¿Miedo de qué? ¿De perderme, estrecharme, ahogarme? Jamás en mi vida le huí al amor, imbécil. Creía que me conocías (vos aún hoy tenés la soberbia de creerlo). Hoy me dan ganas de abusar de ese miedo con violencia. Me violenta el recuerdo de tus ojos de pollito mojado, tus lágrimas bajo la lluvia que buscaban en mí una madre o una diva de Hollywood. Y yo… yo ni siquiera me acuerdo qué buscaba en vos. Un amor, un novio, una compañía de sábanas. Todo fue inundado por el asco que me producían tus chiquilinadas y la violencia que nunca te grité ni infligí en tu cuerpecito mortecino la pongo ahora acá, en palabras, lejos de donde puedas leerlas porque ya ni eso quiero, ya no quiero ni hablarte, ni escribirte ni verte, quiero que desaparezcas vos y tus recuerdos asquerosos con olor a homosexualidad reprimida y lágrimas fáciles. Te abandono, Matías. Así que no me busques más.

10 comentarios:

Bortol dijo...

Jojojojojo!!! grosssssooo!

Anónimo dijo...

Uf! para decir todo eso si permitir que el otro meta bocado, hay que tener labia, ¿eh?.

:)

Candelaria dijo...

"...lombriz disecada cubierta por el barro rojo de un amor pasajero y huracanado"

(clap, clap, clap y múltiples reverencias)

Bellota dijo...

Nenaaaaa!! te aplaudo de pie!! que bueno que es poder liberarse y sacar esa bronca y odio que a uno le genera el haber amado tanto y darse cuenta finalmente de la perdida de tiempo que eso fue. Te leia y se me venia mi hostoria con mi chico Retro... la verdad es que el odio q sentis hoy te va a ayudar a olvidarlo, xq es mas facil alejarse de alguien de esta forma y no amandolo... Miles de besos desde aca!!

Anónimo dijo...

Uff! No suelo comentar en blogs (ni siquiera tengo el mío) pero te iba leyendo y me parecía increíble que alguien pudiera expresar el mismo odio que me agarra (a veces) a mí... y querés saber más? También por un Matías. Qué increíble, no? Serán todos cobardes, mentirosos, nenes-de-mamá?
Un placer leerte. Volveré!
Besos!

BLUEKITTY dijo...

WOW MUJER! Tantas veces quise decir, escribir lo mismo...

es tan bueno darse cuenta un día que todo puede cambiar, que nos merecemos alguien digno de hacernos felices. No ser sadomasoquistas y buscar alguen que SÍ nos quiera.

Anónimo dijo...

Sin mala leche...
¿Tanto lo seguís queriendo?

Buscá el método para que tus sentimientos al respecto sean indiferencia.

Y si lo lográs, por favor ¡dame la receta!

Claire Mandarina dijo...

Bortol: Gracias!... Sabía que te iba a gustar :)

María: Por eso es mejor escribirlo que decirlo, no?

Candelaria: Gracias, querida!

Bellota: Amiga mía, vos siempre de pie junto al cañón!

BLUE KITTY: A FULL! Alguien que nos trate como nos merecemos.

Luis Quijote: Te juro que por más que lo analice desde todos los ángulos que se me ocurran, me es imposible creer que lo sigo queriendo... a veces la indiferencia se convierte en dejar que te pisoteen. Guarda con eso.


¡Gracias a todos y a todas por los comentarios!
Caro: Yo creo que puede haber un mal indicio con ese nombre. Los nombres dicen mucho, hay que estar atentas. Gracias por pasar, te espero cuando quieras :)

Anónimo dijo...

Hola pasé por acá de casualidad.
Que pedazo de imbécil este gusano, estuve buscando en mi pasado a ver si a alguien puedo haber sentido un poco asi, espero que no. Un poco me enamoré de vos, me encantan las mujeres con esa fuerza y con ese corazón.

Anónimo dijo...

Deberías patentar el discurso, para que pueda ser usado en beneficio de la humanidad.

Un saludo.